lunes, 30 de marzo de 2009

LA CRUZ





“ La CRUZ sonríe al niños, vigoriza al adolescente, consuela al atribulado, levanta al débil. En la casa del huérfano es compañía, en la del mendigo es riqueza, limosna en la del rico y misericordia en la del fuerte”.

(José Gras, El Paladín de Cristo, Madrid, 1865)
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domingo, 8 de marzo de 2009

Don José Gras y la mujer



D. José Gras considera a la mujer como agente fundamental de apostolado.

"... formar jóvenes sólidamente instruidas y virtuosas para que un día lleguen a ser madres y apóstoles radiantes, ¿no es por ventura una de las obras más fecundas...? (EB, oct. 1878, 7).

Además, la sociedad necesita de su apostolado, "mujeres apóstoles, no solamente las queremos en nuestro siglo, sino que las necesitamos y las necesita el mundo…” (EB, sept. 1884, 13)

De aquí la necesidad de formar a la mujer. Hoy tiene aplicación cuanto D. José Gras dice, puesto que la mujer ha pasado a un primer plano en todos los órdenes de la vida. Su influjo en la sociedad es hoy mayor que nunca, de ahí nuestro esfuerzo por formarla, inspirándole "valor apostólico... para cumplir bien los DEBERES INDIVIDUALES y SOCIALES de su respectivo estado, unidos a los que le impone en este siglo su carácter de cristiana". (EB, abr. 1883, 7)

Sin embargo, a pesar de la evolución sufrida por la sociedad, ella sigue siendo "la primera educadora" y "apóstol del hogar".

D. José Gras presenta a la mujer como:
• Primera educadora
Es en el seno de la familia donde el niño queda marcado profundamente por lo que oye y ve, sobre todo en su madre. "(Dios confió a la mujer)... la misión de primera educadora del hombre". (Las Hijas de Cristo. Apostolado…, p. 8)
" ... la mujer es declarada árbitra soberana en la cuestión de educar o formar el corazón de sus hijos... ".(EB, en. 1882, 7)
• Apóstol de la familia
En más de una ocasión le da D. José Gras el título de "apóstol de la familia. "La familia, en efecto, sólo puede ser restaurada en su dignidad y dicha por la mujer radiantemente cristiana" .(EB, 1872, n. 3, 13).

Por otra parte, para que Cristo reine en la sociedad, antes debe reinar en la familia, "Cristo no puede volver a reinar en las naciones, si antes no es aclamado Rey en el hogar. Ahora bien, para hacer reinar a Cristo en el hogar, la mujer es el apóstol más dulce y el paladín más poderoso". (EB, en. 1882, 6).

Del papel que desempeña la mujer, se deduce la necesidad de prepararla tanto religiosa como científicamente, ya que "la Madre Católica está llamada verdaderamente a desempeñar una gran misión en la época presente y más aún en el porvenir". (EB, 1868, 46)

D. José Gras insiste en la necesidad de formar a la mujer, para que sea el pilar que sostenga la vida de familia. Hoy, cuando ésta se encuentra tan deshecha, nuestra formación tiende a prepararla para que sea intelectualmente competente, religiosa y la mueva el amor, lo que es igual que decir que pretende un crecimiento completo de su persona que la conduzca a la acción, una acción empapada por el espíritu de Cristo, para que su influencia, desde la familia, transforme esta sociedad materialista y hedonista. "Urge... dar temple saludable o vigorosa consistencia a la mujer, por medio de una educación a la vez que religiosa, tan científica como los mismos intereses de la religión y de la moral reclaman en nuestro tempestuoso siglo" (EB, mayo, 1887, 7).

• Apóstol de la sociedad
El papel de la mujer no se ciñe sólo a la familia; también actúa en la sociedad y también en su actuación en ella tiene que ser apóstol.
Escribe D. José Gras: "La gloria más pura y eternamente triunfal de la mujer cristiana en este siglo, es la de consagrarse a hacer sentir en su familia y en la sociedad la vida y dulzura de la Soberanía de Cristo". (EB, sept. 1890, 3)

Consecuencia del apostolado de la mujer en la sociedad y en la familia será la transformación del mundo y la restauración de la Soberanía de Cristo. "Después del Apostolado del sacerdocio ejercido jurisdiccionalmente por la Iglesia, consideramos el Apostolado de la mujer, ejercido en el hogar doméstico y en todas las esferas sociales, como uno de los medios más poderosos para hacer triunfar el bien y restaurar el reino de Jesucristo…". (EB, nov . 1890, 7)

Nuestros educadores, teniendo presente en su actividad pedagógica la dignidad de la mujer, van formando a las niñas en la valoración y respeto de su propia dignidad para que, a ejemplo de María, la Madre de Jesús, y desde el testimonio que ellos les ofrecen, sean los apóstoles que hoy necesitan la familia y la sociedad.

( Del Pensamiento Educativo de los Centros Cristo Rey)